... es posible que fuera antes, pero diremos que todo empezó con un corto paseo nocturno en algún que otro artilugio rodante... cada uno con el que se sentía más cómodo... patinetas, bicicletas...
ahora somos más, las distancias más largas y la cuestión es rular. Cuando anochece y parece que el día llega a su fin es precisamente cuando el insaciable despierta. Sólo entonces y con la ligereza que brinda la descarga de lastres cotidianos... nos deslizamos por las calles, nos reimos... y poco más que no es poco :)
